Vuelvo a casa con una sonrisa en la cara, una sonrisa que expresa lo que una niña pequeña siente al dar su primer beso.
En esta ocasión simplemente no hay palabras para describir lo que pasó; lo que pasó, lo que sentí, lo que ví… lo feliz que fui, lo feliz que soy, lo feliz que seré.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaay quien lo diría.
Insisto, no hay necesidad de palabras.
Lorenza Tael
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